Antecedentes y motivación de la normativa vigente
Durante las últimas décadas, el sector minorista argentino experimentó profundos cambios: concentración de grandes cadenas, predominio de marcas propias y una fuerte asimetría de poder frente a proveedores locales. Esto generó críticas por discriminación de precios y falta de transparencia en la exposición de productos.
Frente a este contexto, autoridades nacionales y organismos de defensa del consumidor comenzaron a impulsar reformas que protegieran el derecho a la información y garantizaran una competencia más equilibrada. La Secretaría de Comercio Interior lideró estudios de campo, encuestas a productores PYMEs y relevamientos en supermercados de todo el país.
El objetivo principal fue diseñar un marco legal que obligara a las grandes firmas a ordenar y diversificar la oferta, evitando abusos de posición dominante en las góndolas. Así surgió la propuesta de regulación de exhibición en góndolas, cuyo debate se extendió por varias instancias legislativas y foros públicos.
Además de la defensa del consumidor, se buscó fomentar el desarrollo de las industrias regionales de alimentos y bebidas, muchas veces desplazadas por los volúmenes de compra de grandes cadenas. Esta tensión promovió la iniciativa de establecer un criterio de proporcionalidad de espacio y rotación de productos.
Definición y alcance de la regulación
¿Qué implica este cuerpo normativo en la práctica? De modo sintético, es la normativa que ordena la exhibición de bienes de consumo masivo para que no haya predominio excesivo de marcas líderes y se favorezca la visibilidad de pequeñas y medianas empresas. Se aplica a supermercados, hipermercados y autoservicios de gran superficie.
La regulación alcanza a productos de diversas categorías: alimentos envasados, bebidas, artículos de limpieza, perfumería y cuidado personal. Cada segmento tiene criterios específicos de porcentaje de espacio mínimo y máximo que debe asignarse a cada marca dentro de una misma categoría.
En el corazón de la regulación de góndolas figura la obligación de presentar un listado de proveedores y asignarles un porcentaje equitativo de los espacios privilegiados. Asimismo, se establecen sanciones por incumplimiento que contemplan desde multas económicas hasta la suspensión temporal de habilitaciones comerciales.
Para los comercios de menor tamaño (chinos, almaceneros y autoservicios independientes con facturación anual inferior a cierto umbral), existen facilidades y plazos especiales para adaptarse al régimen de exhibición. Esto busca evitar carga excesiva de trámites y costos adicionales.
Principales requisitos y obligaciones para supermercados
Los actores alcanzados por la regulación deben cumplir con una serie de requisitos administrativos, técnicos y operativos. Entre ellos destacan:
- Registro de proveedores: Mantener un padrón actualizado con información legal, datos fiscales y volúmenes de venta.
- Proporción de marcas: Asignar al menos un 30% del espacio de góndola a PYMEs y cooperativas de producción nacional.
- Rotación periódica: Renovar la ubicación de los productos destacados cada cierto tiempo para evitar prácticas de “stock permanente” en posiciones preferenciales.
- Informes trimestrales: Remitir reportes oficiales sobre la distribución del espacio a la autoridad de aplicación.
Más allá de estos puntos, la normativa contempla anexos donde se especifican los parámetros de medición (ancho, altura, profundidad) de las góndolas, así como la manera de calcular el porcentaje asignado a cada marca.
Para verificar el cumplimiento, se realizan auditorías aleatorias en puntos de venta a lo largo de la República. Los inspectores tienen facultades para labrar actas de infracción y ordenar ajustes inmediatos en la exhibición de productos.
Funcionamiento de la mecánica de exhibición y control
La base operativa para aplicar el sistema radica en tres ejes fundamentales: medición de espacios, categorización de productos y sistema de sanciones. Cada artículo, independientemente de su fabricante, recibe una “porción” de góndola calculada según su volumen de ventas y la diversidad de la oferta.
Para entenderlo mejor, el procedimiento se desarrolla en pasos consecutivos:
- Identificación de categorías: Se agrupa la mercadería en categorías homogéneas (leches, dulces, bebidas, etc.).
- Determinación de cuotas: A cada categoría se le asigna un porcentaje global de la superficie de venta.
- Distribución interna: Dentro de cada categoría, se reparte el espacio entre marcas líderes y PYMEs según criterios de equidad y representatividad.
- Control de rotación: Se establece un plazo máximo para que un mismo proveedor ocupe posiciones destacadas de forma continua.
El sistema incluye un software de control que registra la posición de cada producto en las góndolas y genera alertas cuando hay desvíos respecto a las cuotas asignadas. Este tipo de tecnología agiliza la supervisión y permite actuar con mayor rapidez ante eventuales infracciones.
Los comercios que demuestren auditorías periódicas internas y una gestión transparente pueden acceder a beneficios, como un régimen especial de inspecciones menos frecuentes y facilidades para la importación de insumos indispensables.
Ventajas para el público y las empresas de menor tamaño
Uno de los puntos más destacados de este plan de ordenamiento es la protección de los derechos de los consumidores. Al garantizar más diversidad en la oferta, quienes van al supermercado tienen la posibilidad de elegir productos de distintas calidades y precios.
El incremento de la competencia dentro del propio punto de venta fomenta la innovación: las PYMEs locales se ven motivadas a mejorar envases, estrategias de marketing y líneas de producto para ganar espacio en góndola. Esto se traduce en un impacto positivo en las economías regionales.
Para el consumidor final, las ventajas son claras:
- Más opciones: Mayor variedad de marcas y presentaciones.
- Transparencia: Información visible sobre quién produce cada artículo.
- Precios competitivos: Oferta más balanceada que evita precios de lista inflados por la falta de alternativas.
Además, el código de exhibición promueve la inclusión de productos saludables y de proximidad, generando un incentivo para que las góndolas sumen propuestas de alimentos frescos, orgánicos o de producción artesanal.
Retos, críticas y ajustes pendientes
Aunque la experiencia muestra resultados alentadores, el régimen de góndolas presenta desafíos que requieren ajustes continuos. Algunos importadores manifestaron dificultades para acceder a la misma visibilidad que las marcas nacionales, debido a requisitos documentales más estrictos.
En el plano duro, la implementación técnica demanda inversiones en sistemas informáticos y capacitación de personal de tienda. Los pequeños comerciantes, si bien cuentan con plazos diferenciados, a veces sienten que la carga administrativa se vuelve excesiva.
Entre las críticas más frecuentes se destacan:
- La complejidad de los formularios a presentar ante la autoridad.
- La necesidad de estandarizar criterios de medición entre distintas jurisdicciones provinciales.
- La adaptación de góndolas en locales antiguos, con estanterías que no respetan dimensiones estándar.
Para mitigar estos inconvenientes, la Secretaría de Comercio Interior trabaja en guías prácticas, talleres formativos y convenios con asociaciones de supermercados para uniformar procesos y reducir costos de adecuación.
Actualizaciones recientes y mirada hacia el futuro
En 2025, el marco normativo continúa evolucionando. Se incorporaron disposiciones que incentivan la exhibición de productos con certificaciones de calidad y sostenibilidad, premiando con mayor visibilidad a quienes demuestren prácticas responsables.
También se lanzó un proyecto piloto de góndolas inteligentes que utilizan sensores para monitorear niveles de stock y rotación en tiempo real. Este sistema reduce pérdidas por vencimientos y optimiza la logística de reposición.
De cara a los próximos años, las expectactivas se concentran en:
- Integrar herramientas de blockchain para garantizar trazabilidad de origen.
- Fortalecer la participación de economías sociales y cooperativas alimentarias.
- Promover la incorporación de tecnologías de realidad aumentada para que el consumidor acceda a información nutricional directamente desde el estante.
La regulación seguirá ajustándose para que el mercado local sea más equitativo, transparente y beneficioso tanto para quienes venden como para quienes compran. El desafío es lograr el equilibrio entre innovación tecnológica y protección de la producción nacional, evitando desvíos que terminen perjudicando a los sectores más frágiles de la cadena.