Ley de tránsito que prohíbe el polarizado: todo lo que debes saber

Aspectos esenciales de la normativa vial sobre el polarizado de vidrios

En Argentina, la normativa vial relacionada con el tintado de vidrios no lo prohíbe de modo absoluto, sino que establece límites claros de transmisión de luz visible (VLT) que deben respetarse para garantizar la seguridad vial. De acuerdo con la Ley Nacional de Tránsito 24.449 y su reglamentación (Decreto 779/95) – complementada por la Resolución ANSV 1041/2011 – los cristales delantera y laterales delanteros deben permitir un paso mínimo de luz que no sea menor al 75%. Esto implica que solo se autoriza un polarizado que no reduzca en más de un 25% la entrada de luz.

Vale aclarar que existen además reglamentaciones provinciales complementarias y ordenanzas municipales que pueden ajustar las tolerancias. Algunas jurisdicciones autorizan un porcentaje de atenuación mayor en los vidrios traseros y la luneta, mientras que otras directamente no permiten ningún tipo de oscurización en las ventanillas delanteras. Por eso, resulta imprescindible conocer la legislación local antes de decidir aplicar cualquier film.

En consecuencia, la famosa “ley de tránsito que prohíbe el polarizado” no es una prohibición total: es una regulación sobre los niveles de tonalidad. La clave es asegurarse de que el polarizado cuente con la certificación oficial que avale el grado de oscuridad permitido y su correspondiente etiqueta, que deberá exhibirse obligatoriamente en el parabrisas o respaldo del vidrio.

En el territorio nacional vigente en 2025, los usuarios de vehículos deberán responder ante los controles de tránsito con la documentación que acredite la conformidad de su filmado de vidrios. De no hacerlo, la falta se considerará grave o muy grave según la tabla de infracciones de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) y podrá derivar en multas, retención del vehículo o inclusive en la pérdida de puntos en la licencia de conducir.

Clasificación de tonalidades permitidas y sus características

La reglamentación vigente clasifica los polarizados en categorías de acuerdo a la transmisión de luz visible. Cada film posee un porcentaje de VLT indicado por el fabricante y avalado por un laboratorio certificado. A continuación, se detallan las categorías más comunes utilizadas en nuestro país:

  • Categoría 1 (0-30% VLT): Casi opaco. No está habilitado en ventanillas delanteras ni parabrisas.
  • Categoría 2 (30-50% VLT): Oscuridad moderada. Puede usarse en ventanillas traseras en algunos municipios, pero no en las delanteras.
  • Categoría 3 (50-70% VLT): Oscuro claro. En determinadas provincias y de acuerdo a ordenanzas locales, es aceptado en los vidrios laterales posteriores y luneta.
  • Categoría 4 (70-100% VLT): Muy transparente. El único film que cumple con la exigencia de dejar pasar como mínimo un 75% de luz; es el indicado para ventanillas delanteras y parabrisas.

Solo la Categoría 4 responde a la normativa nacional para vidrios delanteros. Usar cualquier film con más de 25% de atenuación en esas ubicaciones se considera infracción grave. Además, para el parabrisas solo se permite un film que cumpla con la función de bloque UV sin modificar la transparencia.

Por su parte, en la luneta y ventanillas traseras, la legislación provincial suele ser más laxa: algunas jurisdicciones permiten hasta un 50% de polarizado, mientras que otras se ajustan al 30%. Es fundamental verificar los porcentajes admitidos en tu región previo a la instalación.

Motivos de seguridad y facultades de control

Los fundamentos de la regulación en tintado de vidrios tienen que ver con:

  • Visibilidad interna y externa: para que el conductor mantenga un campo visual amplio y los agentes de tránsito o fuerzas de seguridad puedan identificar a los ocupantes desde el exterior.
  • Prevención de delitos: al dificultar la percepción de rostros y objetos dentro del vehículo, se limita la eficacia de controles vehiculares y se potencia el anonimato ante posibles delitos.
  • Reducción de accidentes: un nivel excesivo de oscuridad en las ventanillas puede generar deslumbramientos, reflejos o dificultades para ver obstáculos, sobre todo en condiciones de baja luz.

Por estas razones, los efectores de tránsito están autorizados a solicitar la detención del vehículo para constatar físicamente el grado de polarizado. Si el film no cuenta con etiqueta certificada o el nivel de VLT es inferior al permitido, el automotor quedará retenido hasta que se regularice la situación. En ese momento, el conductor recibe un comprobante de infracción y puede enfrentar:


– Suspensión o pérdida de puntos de la licencia.
– Pago de multa según la categoría de la falta.
– Plazo para retirar el polarizado no autorizado.

Es común también que, frente a una infracción reiterada, se disponga la presentación obligatoria del vehículo ante un centro verificador homologado antes de ser devuelto a circulación.

Consecuencias legales y económicas de no respetar los límites

Cuando un conductor no ajusta el tintado a las exigencias del reglamento, no solo está cometiendo una infracción de tránsito, sino que pone en riesgo su licencia y eleva los costos de circular. Entre las sanciones más frecuentes se encuentran:

  • Multa económica: varía según la escala provincial, pero suele oscilar entre 1 y 5UM (Unidad Móvil) o un porcentaje equivalente de la base imponible local.
  • Retención del vehículo: hasta la regularización del polarizado y exhibición del comprobante de la empresa instaladora autorizada.
  • Pérdida de puntos: en jurisdicciones donde rige el sistema de scoring, se descuentan puntos de la licencia de conducir.
  • Inhabilitación temporal: en casos de reincidencia puede suspenderse la licencia por plazos definidos en la normativa provincial.

Además, en un hipotético siniestro vial, si se comprueba que los vidrios no cumplían con la transparencia reglamentaria, las compañías de seguro podrían objetar el pago de indemnizaciones argumentando falta de colaboración en el control de riesgos. Por lo tanto, la inversión en un polarizado legal y certificado es la forma más económica de evitar contratiempos a futuro.

Las entidades de inspección técnica vehicular (ITV) también se reservan la facultad de rechazar la verificación anual de seguridad cuando se detectan films que no se adecuan al porcentaje de VLT exigido. Esto retrasa la renovación de la licencia de circulación y puede generar multas adicionales.

Recomendaciones para instalar polarizado conforme a la reglamentación

Antes de aventurarte a colocar cualquier film, es aconsejable seguir estos pasos:

  1. Consultar la normativa local: cada provincia o municipio puede tener requisitos particulares. Revisá la ordenanza de tránsito de tu jurisdicción o situs web oficial de la ANSV.
  2. Elegir un instalador homologado: solo deben colocarlo talleres autorizados. Un comprobante de instalación legal suele incluir el porcentaje de VLT y un código de registro.
  3. Verificar la etiqueta: el film debe traer impresa la categoría, el laboratorio que lo certifica y el permiso ANSV o la referencia provincial.
  4. Solicitar factura y garantía: en caso de incumplimiento, tener respaldo para exigir la corrección o retiro sin costo adicional.
  5. Realizar inspección voluntaria: algunos instaladores ofrecen mediciones gratuitas posteriores para garantizar que el VLT sea el correcto.

Una vez instalado, colocá la etiqueta certificada en la posición indicada por la ley – normalmente en el ángulo inferior derecho del parabrisas – y conservá la documentación junto a la cédula verde del vehículo. Así, ante cualquier control, podrás demostrar que cumplís con la legislación y evitar sorpresas desagradables.

Si tenés dudas sobre la tonalidad exacta permitida, podés solicitar al taller una medición in situ con el fotómetro correspondiente, el mismo utilizado por las fuerzas de seguridad. Esto te ahorrará tiempo y dinero y te mantendrá dentro de la legalidad.

Repercusiones en la cultura vial y pautas de concientización

Más allá de la fiscalización estricta, la legislación sobre oscurización de vidrios persigue un propósito educativo. Existen campañas de concientización promovidas por la ANSV, municipios y organizaciones de seguridad vial, que subrayan la importancia de mantener una visibilidad óptima para prevenir siniestros y facilitar la tarea de los agentes de control.

Promover el respeto a las normas de tintado también ayuda a generar una cultura de transparencia entre conductores y peatones. Cuando los vidrios cumplen con la transmisión mínima de luz, se mejora la percepción de proximidad entre vehículos, se minimizan los puntos ciegos y se facilita la lectura de gestos y señales elaboradas por conductores de otros autos.

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Algunas recomendaciones para continuar reforzando la convivencia vial:

  • Sumar la temática de polarizado a jornadas de educación vial en escuelas y centros comunitarios.
  • Fomentar acuerdos con concesionarios e instaladores que ofrezcan descuentos a quienes coloquen films reglamentarios.
  • Incentivar a empresas de movilidad (taxis, remises y flotas corporativas) a adoptar políticas de vidrios transparentes como parte de sus estándares de seguridad.
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De esta manera, la regulación no resulta una mera restricción, sino una herramienta para promover conductas responsables. Los controles y multas sirven como recordatorio, pero el principal motor de cambio es la actitud consciente de cada conductor a la hora de preservar su seguridad y la del resto de los usuarios de la vía.

En síntesis, dominar los lineamientos de la normativa sobre polarizado de vidrios en Argentina durante 2025 implica conocer los porcentajes de tonalidad habilitados, contar con la documentación respaldatoria, recurrir a profesionales autorizados y participar activamente en iniciativas de concientización. Solo así se logra un equilibrio entre confort, estilo y el imperativo de circular de forma segura y legal.