Leyes que discriminan a la mujer: ejemplos y cómo afectan la igualdad

leyes que discriminan a la mujer

Realidad de la discriminación legal en Argentina 2025

En el año 2025, Argentina continúa enfrentando diversos retos en materia de igualdad de género. A pesar de contar con un marco constitucional y numerosos tratados internacionales que prohíben cualquier tipo de discriminación por razón de sexo, persisten leyes que discriminan a la mujer y obstaculizan su pleno desenvolvimiento social, económico y político. Esta realidad no es sólo una cuestión legal, sino también cultural y estructural, que se refleja en innumerables normativas vigentes.

El texto de la Constitución Nacional, reformada en 1994, y tratados como la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) se incorporaron al bloque de constitucionalidad. Sin embargo, ciertas disposiciones del Código Civil y Comercial de la Nación, del Código Penal y de la Ley de Contrato de Trabajo mantienen sesgos discriminatorios que afectan de manera directa a las mujeres.

Por ejemplo, en algunas jurisdicciones provinciales aún se registran preceptos que limitan la capacidad de acción de las mujeres en la esfera laboral, obligándolas a solicitar autorizaciones especiales para desempeñar determinados puestos o a desistir de derechos básicos en periodos de gestación. Estas barreras legales son poco evidentes, pero tienen un impacto profundo en la autonomía y la estabilidad económica de las mujeres.

Además, la vigencia de regulaciones que imponen requisitos más estrictos para las mujeres casadas en comparación con los hombres para la apertura de cuentas bancarias o para la solicitud de créditos hipotecarios —aunque muchos de estos preceptos estén en revisión— ejemplifican una lógica normativa que, a simple vista, parece superada, pero que en la práctica sigue limitando el acceso al sistema financiero y al crédito.

Ejemplos de legislaciones discriminatorias en el ámbito laboral

El ámbito laboral es uno de los escenarios donde mejor se evidencia la persistencia de normativas discriminatorias contra la mujer. Pese a la existencia de la Ley de Contrato de Trabajo (LCT) y modificaciones posteriores que reforzaron la protección por maternidad, aún subsisten artículos con redacción ambigua que permiten interpretaciones discriminatorias.

En varias provincias, las direcciones de trabajo imponen requisitos que solo afectan a las mujeres, como solicitar certificados de “idoneidad física” adicionales o presentar autorizaciones escritas del cónyuge para desempeñar tareas consideradas “de riesgo”. Estas exigencias no tienen fundamento médico ni técnico, pero sirven de excusa para relegar a las mujeres de determinadas posiciones o para condicionar su contratación.

Algunos ejemplos concretos:

  • Restricciones previas al acceso a puestos de altura: obligación de presentar estudios clínicos especializados únicamente para trabajadoras.
  • Limitaciones en guardias y turnos rotativos: exclusión de mujeres embarazadas o en periodo de lactancia de ciertos turnos sin ofrecer alternativas de reubicación.
  • Desigualdad en bonificaciones y viáticos: criterios discrecionales que favorecen a los varones en asignaciones de gastos y premios.
  • Obligatoriedad de presentar avales adicionales: para la firma de contratos temporarios o de temporada, exigiendo documentación que no se solicita a los trabajadores varones.


Restricciones en derechos reproductivos y de salud

La idea de que las mujeres deben cumplir un “rol biológico” ha permeado ciertas regulaciones que marginan a las mujeres en el ejercicio de su autonomía reproductiva. Aunque la -legalización de la interrupción voluntaria del embarazo en 2020 representó un gran avance, persisten obstáculos normativos y administrativos que entorpecen su efectivo acceso.

Normativas que limitan la autonomía

En algunos hospitales públicos y privados, aún se encuentran protocolos internos que requieren la presentación de autorizaciones adicionales de comités médicos o incluso del juez de paz local para practicar IVE en casos contemplados por la normativa nacional. Estas prácticas, lejos de alinearse con la ley, constituyen barreras burocráticas que vulneran el derecho a la salud de las mujeres.

Asimismo, existen normativas provinciales que obligan a las mujeres a realizar “programas de acompañamiento” antes de acceder a ciertos procedimientos ginecológicos o de fertilización asistida, imponiendo tiempos mínimos de espera que no se justifican médicamente. Estas demoras pueden resultar en riesgos adicionales y demoras innecesarias para quienes requieren intervenciones urgentes.

Obstáculos en el acceso a la justicia para mujeres

Aun cuando la Ley de Protección Integral a las Mujeres (26.485) establece mecanismos claros para prevenir, sancionar y erradicar la violencia de género, en la práctica se detectan fallas en su implementación que afectan desproporcionadamente a las mujeres de sectores vulnerables.

Uno de los principales déficits es la falta de perspectiva de género en la capacitación de funcionarios judiciales y fuerzas de seguridad. Esta carencia se traduce en revictimización, dilaciones extremas en la toma de testimonios y falta de contención durante las pericias.

  • Institucionalización de barreras de acceso: oficinas judiciales sin espacio físico adecuado para la privacidad.
  • Retrasos prolongados: audiencias que se postergan meses, tiempo en el cual las medidas de protección pueden quedar desactualizadas.
  • Insuficiente asistencia legal gratuita: pocas defensorías especializadas en delitos contra la integridad sexual.

Desafíos de equidad en educación y participación política

La educación y la política son esferas fundamentales para construir una sociedad igualitaria. No obstante, persisten regulaciones y prácticas discriminatorias de género que condicionan la participación plena de las mujeres.

En el ámbito educativo, algunos planes de estudio provinciales todavía conservan manuales escolares con contenidos sexistas y estereotipos de género. Aunque el Ministerio de Educación nacional dictó lineamientos para su revisión, la adecuación ha sido desigual y, en varios distritos, sigue siendo insuficiente.

En la política, la Ley de Paridad (27.412) marcó un hito al exigir listas con un mínimo del 50 % de candidatas mujeres. Sin embargo, su implementación presenta desafíos:

  • Falta de financiamiento equivalente: las agrupaciones políticas suelen destinar menos recursos a campañas de candidatas femeninas.
  • Patrones de jerarquización: aún con paridad formal, las mujeres ocupan con menor frecuencia las primeras posiciones de las listas (casilleros “espera”).

Reformas y avances recientes en la lucha contra la discriminación de género

En los últimos años, el Estado argentino ha impulsado diversas modificaciones normativas para combatir las legislaciones discriminatorias de género. Entre los hitos más destacados se encuentran:

  • Reforma del Código Penal: eliminación de tipos penales basados en roles de género, como la figura de “la mujer adúltera”.
  • Actualización del Código Civil y Comercial: reconocimiento de la igualdad de derechos y obligaciones entre cónyuges, suprimido el concepto de “sexo débil”.
  • Implementación del sistema de alertas tempranas: para identificar normativas municipales que puedan tener impacto discriminatorio antes de su sanción.

Además, se fortalecieron los organismos de contralor, como el Instituto Nacional de las Mujeres (INAM), asignándoles mayores recursos y facultades para auditar leyes y reglamentos en todo el territorio nacional. Este avance es clave para visibilizar y corregir regulaciones que marginan a las mujeres antes de que entren en vigencia.

Quizás también te interese:  Qué leyes hay: guía práctica para entender la normativa vigente

También se han promovido programas de capacitaciones obligatorias para jueces, fiscales y funcionarios públicos en materia de género y diversidad, favoreciendo una interpretación judicial más igualitaria y libre de prejuicios.

Estrategias y propuestas para erradicar las normativas sexistas

La erradicación de preceptos discriminatorios contra la mujer requiere un enfoque integral que combine reformas legislativas, educación y participación de la sociedad civil. Entre las propuestas más relevantes se encuentran:

  • Revisión sistemática de leyes y reglamentos: conformar comisiones mixtas de legisladores, especialistas en género y organizaciones sociales para auditar cada normativa.
  • Fortalecer los mecanismos de participación: asegurar que las mujeres, sobre todo de comunidades originarias y de sectores populares, tengan espacios efectivos de consulta al momento de elaborar regulaciones.
  • Promover campañas de sensibilización: visibilizar cómo ciertas reglas “neutrales” en el papel resultan discriminatorias en la práctica, generando rechazo social.
  • Incentivar la jurisprudencia progresista: a través de tribunales especializados en violencia de género y discriminación, propiciar fallos que sienten precedentes en la anulación de normativas sexistas.
  • Impulsar reformas educativas curriculares: incorporar contenidos obligatorios de igualdad de género desde la educación inicial hasta la formación universitaria.
Quizás también te interese:  ¿Qué es una ley educativa? Concepto, objetivos y tipos

En definitiva, la tarea para desmantelar las leyes que discriminan a la mujer en Argentina exige no sólo la modificación de textos legales, sino un compromiso sostenido de todos los actores sociales. La construcción de una normativa verdaderamente igualitaria implica no dar por terminado el proceso con una sola reforma, sino mantener un monitoreo constante para garantizar que la letra muerta de la ley se traduzca en cambios efectivos en la vida de las mujeres y en la construcción de una sociedad más justa.